A las dos en el abrevadero

Ya ha cambiado el tiempo, el calor y los insectos nos fueron acompañando por el camino de los campos de Benamaurel. Después de llegar a las Cuevas de Luna, y casi toparnos con la primera torre, pensamos que la cosa estaba más que hecha,pero la caminata no hizo nada más que empezar.Tuvimos que pasar por el cortijo del Hospital, donde vivieron la madre y  los abuelos de Isa, después nos dirigimos al cortijo Grande, y desde ahí , por los campos de lechugas hasta el castillo de Benzalema. Por más que miramos, ni estaba la princesa, ni el sultán, tomamos la fortaleza sin apenas oposición, solo las espiguillas de la hierba se nos clavaron hasta los/el mismisimos/mismísimo. Cuando el sol estaba en lo más alto, iniciamos el regreso, no sin antes recrearnos con las vistas de la cola del pantano y la desembocadura del Guardal, y también "recrearnos" con los cohetes que rompian el silencio de la mañana, provenientes de las fiestas de las Cuevas del Negro. Por todo esto y por mucho más,