La primera de las 8, liquidada
Con motivo de un día de habas, la primera de las ocho botellas del maleficio ha caído, tal y como estaba previsto. Un día soleado, buena compañía, y según dicen, las habas también buenas. ¿ Qué más se puede pedir?. La primera botella, salió como los toros, de "sobrero" después de una de Albariño, pero hizo su faena. Aparte de esto, como el bancal da para más, habrá que repetir. Oportunamente se hará la convocatoria. Os mostramos la Cruz de Fuentezuelas, vestida para la ocasión, ya que para eso estábamos en la fecha apropiada.
La desconsolada anciana mira desde el otro lado de la escalera el ambiente que se está creando en torno a la busqueda del dígito (el ocho como se conoce en algunos circulos)y el resarcimiento de la sustracción de la rosa; y está pensando pasarse al otro lado de la escalera para compartir las siete botellas restantes con esta panda, pués ya habrá tiempo en el más allá de malos rollos y tenebridades."Asineque", espero que pronto haya una nueva cita que si no os salgo a "tooos" cualquier noche ,eso si pero que terminemos con cava que me gustaaa muuucho.
ResponderEliminarFDO : La desconsolada anciana ó tambien conocida como la octava rosa
Sombras negras salen de la noche
ResponderEliminarinician vagabundas su peregrinar de almas
su sed apagan con albariños y riojas
sus gritos de pánico, ya no desgarran
Ha comenzado el pago acordado
se está disipando la venganza
El que una vez fue cazador de ochos
está cumpliendo su palabra
El sudor se torna ahora
clamor sublime de esperanza
ya no recorre las manos
solo espera, tiembla y calla
Las almas vagabundas sin morada
se aferran a esa esperanza
y si una vez fueron vilipendiadas
ahora se regocijan en Baza
camino de Fuentezuelas
con el vino y con las habas
Y en tu mente átonas voces
cada vez mas lejanas
expresan su despedida
al final de la madrugada
persiguiendo con codicia
esa noche liberada
la noche siguiente al día
de la octava botella descorchada
Y a la historia de la "coyada"
sumarán sueños diamantinos
con reflejos en sus barbas
que releguen al pasado
las vivencias angustiadas
de un cazador de ochos,
de un querido camarada.